Seguro que conoces a alguien que ha sufrido una tendinitis o incluso puede que te haya tocado a ti. Un dolor agudo que limita el movimiento y aumenta después del reposo. ¿Sabemos cómo se ha lesionado ese tendón? ¿Qué tipo de tendinopatía es la que tengo? ¿Por qué el cuerpo no es capaz de solventar por sí mismo este tipo de lesión? Pues en este artículo vamos a aclarar todos estos conceptos para que tengamos una idea de qué es exactamente una tendinopatía.
Para empezar necesitamos un poco de teoría y así comprender bien qué es un tendón y cuales son las lesiones que normalmente sufren. Básicamente el tendón es la parte que une el hueso con el músculo. Su función es la capacidad de resistir y transmitir las fuerzas de contracción del músculo al sistema óseo para lograr movimiento. Es una estructura que se repite a lo largo de nuestro cuerpo ya que por cada músculo tendremos mínimo dos tendones. Hasta aquí todo sencillo, ahora vamos a complicarlo un poco. Los tendones están formados por tejido conectivo fibroso (fibras de colágeno y elastina) lo que los hace resistentes y con capacidad elástica al mismo tiempo. Imaginemos el tendón como un cable de acero que al mismo tiempo tiene la capacidad de ser un poco elástico, para que quede claro, un tendón sano es más difícil de romper que un hueso.
Mecánicamente el tendón se lesiona por dos procesos:
1.- Movimiento por exceso de fuerza.
2.-Movimiento repetitivo (sobreuso).
El punto débil del tendón es tener una circulación limitada. En la parte superficial del tendón tenemos una cantidad limitada de vasos sanguíneos y nervios, pero en la zona central del tendón son casi inexistentes. Por resumirlo de alguna manera, los tendones se nutren de forma justita y cuando hay algo que afecta a esta nutrición, entonces es cuando el tendón tiene grandes posibilidades de lesionarse. Este proceso es lento y silencioso, por poner un ejemplo un fumador o una dieta hiperproteica, esas dos cosas hacen que la alimentación del tendón se deteriore y luego en un esfuerzo mecánico se produce la lesión.
Aquí hay una gran controversia, hasta hace muy poco ni los propios sanitarios nos hemos puesto de acuerdo en definir una lesión tendinosa. A grandes rasgos, cuando el tendón se lesiona, se produce una inflamación superficial y una degeneración en la zona interna y de aquí todas las variantes posibles, tenosinovitis, entensitis, tendinitis, tendinosis, etc. No os aburro con términos pero lo importante es que al mismo tiempo se produce una inflamación y una degeneración.
Como no está preparado previamente empieza un proceso lento y complicado de creación de vasos sanguíneos y sistema nervioso hacia el interior del tendón con el objetivo de crear nuevas fibras de colágeno (entre otros) y regenerar el tejido. ¿En qué se traduce esto? En mucho dolor, durante mucho tiempo.
Ya no solo es llevar sangre para reparar, al mismo tiempo se necesita aumentar la capacidad de drenar todo ese aumento de flujo sanguíneo. De aquí podemos describir el tipo de dolor del tendón con la excepción de que la lesión sea muy grave (gran rotura), el tendón duele menos en movimiento (le estamos ayudando a drenar esa sangre) que en parado. También es lo que hace que esta lesión sea tan peligrosa, me duele un poco pero no me limita, cuando me muevo estoy bien. ERROR. La lesión está ahí tanto cuando duele más como cuando duele menos. Esto hace que el paciente acuda al fisioterapeuta mucho más tarde de lo habitual. El tendón tiene tanta fortaleza que es capaz de aguantar lesionado mucho tiempo antes de que los síntomas sean muy grandes.
En resumen: tenemos un tejido en plena degeneración e inflamación de forma simultánea, muy resistente, con pobre vascularización (mala regeneración) que es capaz de seguir funcionando incluso lesionado y que provoca más dolor en reposo que en movimiento. ¿Complicado no?
Tenemos muchos ejemplos de tendinitis: rotuliana, aquilea, codo del tenista, golfista, trocanteritis, cintilla iliotibial en corredores, tendinopatías en el hombro… Qué deciros del hombro, con la limitación funcional que produce y la dificultad para restaurar luego el movimiento completo.
Realmente es una lesión compleja y difícil de tratar, yo mismo he sufrido como profesional en mis primeros años incapacidad para ayudar a mi paciente. Quizás por eso he seguido formándome en este campo para ser capaz de ofrecerte el mejor tratamiento posible. En este punto entran la ecografía y las técnicas invasivas como electrólisis y neuromodulación.
“Para tratar una tendinitis y que no se cronifique es muy importante acudir a un fisioterapeuta que además sea especialista en este tipo de lesiones y tenga los medios para poder tratarlo”
A veces esta lesión es un poco injusta, ya que hay un gran número de circunstancias inherentes al tratamiento de fisioterapia que afectan a la fisiología del tendón y pueden dificultar la reparación del tejido: alimentación, descanso, ejercicio, circulación, patologías asociadas como diabetes o artritis, hidratación, genética, edad, salud digestiva, estrés, tabaquismo…y muchas otras que tendremos que trabajar para que esta lesión no se cronifique.
En nuestra clínica, trabajamos las tendinopatías con fisioterapia invasiva controlada por ecografía. Con el ecógrafo se puede observar la localización exacta y el tamaño de la lesión, además me permite observar la evolución en las sucesivas sesiones para ir controlando el progreso y adaptando el tratamiento. Para no extenderme, os dejo la url () del articulo sobre ecografia en fisioterapia.
Mis técnicas invasivas más usadas en esta patología son la electrólisis (EPI) y neuromodulación. Es imposible resumir en 3 líneas todo lo que conseguimos con estas novedosas técnicas, de las que por cierto los mejores profesionales del mundo, somos los fisioterapeutas españoles. A grandes rasgos: el EPI nos ayuda a eliminar la inflamación favoreciendo la regeneración y la neuromodulación disminuye notablemente el dolor.
Además de las técnicas invasivas tenemos que trabajar de forma manual los tejidos, la movilidad articular, las circunstancias descritas previamente que rodean a la lesión y entrenar la fuerza. Debemos asumir que es una lesión que necesita tiempo aún incluso las que sus síntomas son pequeños o no limitan tanto la función.
Espero que os haya podido ayudar a entender la complejidad de este tipo de lesión que afecta a un gran número de población y que además el cuerpo no suele ser capaz de curarla de la forma correcta sin ayuda. Si tienes cualquier duda o pregunta no dudes en escribirme a info@clinicanajarro.com
¿Crees que tienes ese tipo de lesión o de síntomas? Estaremos encantados de realizar un diagnóstico y comprobar cómo está la salud de tus tendones.