EPI es un acrónimo de una técnica altamente eficaz en el tratamiento de lesiones que con terapia manual me suelen dar problemas. La suelo utilizar de forma combinada con neuromodulación y ambas me permiten tratar patologías tan frecuentes como tendinitis, fascitis, esguinces, hernias discales, dolor crónico, artrosis, artritis y cicatrices post-cirugias. Desde Clínica Najarro, hoy os hablamos sobre la técnica de fisioterapia invasiva EPI y sus ventajas.
Conducimos una corriente galvánica a través de una aguja guiada por ecografía hasta nuestro tejido diana; que puede ser un músculo, un tendón, una cápsula o un nervio. Es muy interesante ya que nos permite ser muy muy precisos en el tejido que estamos trabajando y eliminar barreras que disminuyen el efecto del tratamiento. En función de la fase de la lesión podemos realizar hasta 10 tipos de combinaciones de esta terapia para trabajar de forma específica.
Disminución del dolor de manera significativa, sobre todo si combinamos la técnica con picos de carga PICAF y neuromodulación NMP. Logramos disminuir la cantidad de glutamato, que es el neurotransmisor que se encarga de llevar el impulso nociceptivo a nuestro cerebro, que junto a nuestras experiencias se convertirá en lo que llamamos dolor.
Disminuye la inflamación a través de la desionización, ayudando a la degeneración de citoquinas y tenofagos. Es muy importante ya que de esta manera logramos acercar los tejidos lesionados consiguiendo un mejor proceso de regeneración del tejido y evitando la fibrosis de la lesión.
Aumenta la movilidad de los fluidos en un proceso que llamamos licuefacción, que ayuda al cuerpo a mejorar la circulación en el foco de la lesión.
Estimula la síntesis de colágeno a través de la sublimación, consiguiendo aumentar la velocidad de la reparación del tejido.
Normaliza el PH y la homeostasis del foco lesional. Cuando producimos una lesión el cuerpo provoca una acidez del PH que sirve para combatir posibles intrusiones de cuerpos extraños. Si este proceso se mantiene impide a la correcta función celular y es muy importante poder revertirlo.
Disminuye la formación de tejido fibrótico favoreciendo la regeneración del tejido y evitando una cicatriz rígida disfuncional.
En definitiva, la técnica EPI permite aumentar la velocidad de tratamiento y mejora de patologías realmente insidiosas y de evolución lenta. Al aumentar la capacidad de regeneración, no solo consigo disminuir el tiempo de lesión, sino que al mismo tiempo logramos una recuperación del tejido mucho más eficiente que con otras técnicas. Esto último es muy importante, ya que disminuye la probabilidad de tener síntomas y recaídas en el futuro.