Hace 6 años que empecé a usar la ecografía en fisioterapia de forma diaria en mi trabajo y te voy a contar cuales son las ventajas que nos aporta su uso, tanto para mí como para ti como paciente.
En primer lugar quiero explicarte que la ecografía tiene muchos años de uso pero es relativamente una herramienta joven en el trabajo del fisioterapeuta. Me sigue sorprendiendo que, hasta hace muy poquito, no la hayamos integrado en nuestro trabajo, porque se adapta perfectamente, aportando una seguridad y eficacia que de otra manera no tenemos. Supongo que sería por los costes de los equipos, que ahora son más accesibles. Como último dato interesante, dentro del campo de la fisioterapia denominamos su uso como “ecografía músculo-esquelética”, ya que es el área de trabajo que como fisioterapeutas dominamos, aunque es de suponer que con el progreso esto derive en un trabajo en otras áreas. Pero ese es el futuro y me estoy adelantando.
La ecografía en fisioterapia es la herramienta que más me ha permitido crecer como profesional y al mismo tiempo he conseguido lograr resultados que de otra manera no hubiera sido capaz. La empleo de forma diaria en multitud de campos: educación y aprendizaje, feedback visual con mi paciente, guía de técnicas invasivas, exploración en tiempo real de los tejidos, diagnóstico, control de la evolución de la patología…
Como puedes ver, es una herramienta ideal y versátil que me ofrece fundamentalmente 2 cosas: Eficacia y seguridad. Si aún estás interesado en el tema, voy a ir desarrollando punto por punto, POR QUÉ es tan interesante para ti como paciente acudir a un fisioterapeuta que domine esta técnica.
El conocimiento de la anatomía humana es imprescindible para ser un buen fisioterapeuta, además de entender cómo todas estas partes anatómicas se interrelacionan entre sí. Tener en mi mano una sonda que me permite ver el interior de mi paciente en ese instante (cada uno de nosotros somos un mundo) y el estado de los tejidos, es absolutamente impresionante. Desde que puedo observar las diferencias anatómicas entre cada paciente puedo entender mucho mucho mejor cómo funciona nuestro cuerpo y esto se traduce en realizar mejor mi trabajo e ir creciendo día a día. Tengo al mejor maestro en mi mano.
Lo pongo como segundo punto más importante porque psicológicamente es increíble la seguridad y la confianza que el paciente deposita en lo que estamos haciendo. Al tener delante una imagen e ir explicando el motivo de sus síntomas ( habitualmente dolor y limitación) y poder compararlo con su lado “sano” genera una confianza brutal en el diagnóstico, lo que me va a permitir trabajar con mayor libertad y lograr mejores resultados. Dicho de otra manera, mejoramos la rentabilidad y la eficacia del tratamiento, con todas las repercusiones que conlleva.
No me olvido, que ante todo soy fisioterapeuta y empiezo la sesión realizando la anamnesis, exploración y test funcionales diferenciales que me permiten generar una hipótesis sobre el estado de mi paciente. Una vez realizado este proceso (que parece sencillo, pero es la parte más fundamental de mi trabajo), utilizo la ecografía para comprobar mi hipótesis previa. Si lo dejara aquí, estaría quedándome muy corto de lo que me aporta la ecografía en el diagnóstico. Os pongo un ejemplo: En una “tendinitis” con la evolución de los síntomas y los test diferenciales, puedo saber dónde tiene la lesión y en qué estado se encuentra, pero al poner la ecografía, veo exactamente el estado evolutivo del tendón y la lesión. Puedo ver todos los pequeños detalles que me van a permitir ser más preciso y seguro a la hora de realizar el tratamiento de forma personalizada al paciente y a la situación actual de la lesión. La verdad es que este punto marca una diferencia enorme en la eficacia.
En mi trabajo diario, recibo muchos pacientes de lesiones cronificadas como tendinopatias, fascitis, hernias… Estas patologías necesitan un estímulo fuerte para poder normalizarlas. Las técnicas invasivas como punción seca, Epi, acupuntura y neuromodulación; son muy útiles para lograr el beneficio rápido en lesiones complejas. Con el ecógrafo puedo ver en tiempo real el abordaje del tratamiento y llegar con absoluta precisión a mi diana. Esto es determinante, ya que algunos de ellos conllevan cierto riesgo al pasar por estructuras que hay que evitar a toda costa como vísceras y arterias. En resumen, las técnicas invasivas suponen un plus en algunas lesiones y poder guiarlas me permite ser más preciso y seguro en el tratamiento.
Cada vez que hago un diagnóstico con el ecógrafo, me guardo la imagen para poder contrastar el estado del tejido en las sucesivas sesiones. Pudiendo de esta manera establecer un control de la evolución de la lesión y observar si mejora al mismo tiempo que disminuyen los síntomas del paciente. Aunque parezca mentira, hay ocasiones en que esto no es proporcional y es muy importante darse cuenta lo antes posible para hacer una reevaluación y comprobar que el tratamiento está siendo lo más eficaz posible.
En conclusión os resumo de manera visual lo que os vengo explicando durante todo el artículo, VENTAJAS:
Seguridad
Precisión
Objetividad
Eficacia
Que se resume en un tratamiento de calidad, con menos sesiones y con una considerable disminución en el coste.
Sin duda, ha sido uno de los grandes aciertos de lo que llevo de carrera y me ha permitido crecer como profesional. ¿Te ha tratado algún fisio con ecografía? ¡Cuéntame tu experiencia!