Si hay una parte de nuestro cuerpo que no entiendo y que duele, es lo que se denomina como dolor crónico, y cuando se presenta un paciente en la consulta con este tipo de dolor, supone un verdadero reto. Para explicar bien por qué llego a esta conclusión tengo que presentaros antes un par de conceptos que aclaren un tema tan complicado como este.
El dolor crónico afecta a más de un 10% de la población, supone una experiencia sensitiva desagradable de más de 6 meses de duración asociada a una lesión, pero incluso en ocasiones, no necesariamente viene de una lesión real en el tejido.
Como acabo de explicar, habitualmente el dolor lo ocasiona una lesión en el tejido que activa nuestro sistema de alarma y se transmite a través del sistema nociceptivo hasta llegar a nuestro cerebro. A todo esto hay que sumarle nuestras circunstancias sociales y nuestro entendimiento sobre la situación que se está produciendo en nuestro organismo, que será muy importante para determinar la intensidad y la duración de los síntomas.
Por poner un ejemplo: si tengo fiebre y además tos, probablemente puedo tener un “catarro”. Es algo que ya sé lo que es y sé cómo tratarlo. Pero si tengo fiebre y no sé cuál es la causa, eso va a encender todas las alarmas y la intensidad de nuestros síntomas serán mucho mayores.
Sufrir dolor crónico va a condicionar nuestra vida social y laboral, hasta el punto que puede dejarnos con una sensación de incapacidad que pueda derivar en trastornos psicológicos. No solo va a afectar a la persona sino también a los que nos rodean, por lo que para mí, es muy importante ayudarle a comunicar su patología con su entorno cercano e involucrarles en el tratamiento.
En la Clínica Najarro tenemos una amplia experiencia en el dolor crónico, trabajamos en conjunto con una asociación de patologías reumáticas ( Artritis, Artrosis, lupus, fibromialgia, neuritis…) Sabemos por experiencia que podemos ayudarte a mejorar tus síntomas con un programa multidisciplinar uniendo nuestro trabajo a otros especialistas como médicos, nutricionistas, psicólogos y preparadores físicos.
Podemos disminuir los síntomas logrando realizar movimientos de forma funcional y aumentando la autonomía. Será muy importante el trabajo del dolor en camilla, la movilidad articular, el entendimiento sobre el problema, el entrenamiento de fuerza… entre otros. Uniendo todos estos factores evitaremos el catastrofismo y la hipervigilancia para ir apagando poco a poco los sistemas de alarma. De esta manera conseguiremos una gestión eficaz del dolor crónico y mejorar tu calidad de vida.
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